¿Qué se puede consumir y qué no durante la lactancia?

Madre amamantando a su bebé por la noche

Lo que necesitás saber:

  • Medicamentos compatibles, siempre es importante consultar con tu médico.

  • E-lactancia, una web de consulta, recurso útil para la madre.  

  • La organización es clave.

A la hora de amamantar, es normal que se generen ciertas dudas en cuanto a si se puede tomar algún medicamento o no. A continuación te contamos algunas recomendaciones.

La lactancia materna, como bien sabemos, tiene innumerables beneficios: aporta defensas y nutrientes acorde a cada bebé y sus necesidades. La Organización Mundial de la Salud recomienda que sea exclusiva durante los primeros 6 meses y, luego, combinarla con alimentos complementarios nutricionalmente adecuados y seguros, hasta los dos años o más.

Por lo tanto, puede ocurrir que durante todo ese tiempo surjan situaciones en las que aparezcan dudas sobre tomar alguna medicación y continuar amamantando.

Te contamos que, en general, los medicamentos que se encuentran en la sangre materna, también se transfieren a la leche y traspasan al bebé, pero en cantidades insignificantes. La mayoría de éstos no representan un riesgo para el bebé. Sin embargo, hay factores que pueden influir, como la dosis, la forma de administración, la frecuencia de uso y la edad del bebé. Es importante que siempre consultes con tu médico.

Tipos de medicamentos

A la hora de tomar un medicamento durante la lactancia, lo primero es evaluar si realmente es necesario y, de ser posible, optar por aquellos de bajo riesgo. Algunos, como el paracetamol o el ibuprofeno, suelen considerarse seguros, así como ciertos antibióticos, por ejemplo, la amoxicilina, entre otros.

Los medicamentos de uso tópico no llegan al bebé o si lo hacen es en cantidades insignificantes. En cambio, los que suelen requerir la suspensión de la lactancia son los utilizados en quimioterapias.

Las indicaciones sobre compatibilidad que encontramos en los prospectos de los medicamentos muchas veces no están respaldadas por datos científicos, por lo que no deberían ser tu única fuente de información. Siempre que se indique una medicación, lo más recomendable es consultar con el pediatra o con un especialista en lactancia materna.

E-lactancia: un recurso útil para la madre lactante

Por otro lado, existe una página muy confiable y de gran utilidad, donde las recomendaciones están basadas en publicaciones científicas recientes.

La página para consultar es: www.e-lactancia.org. Desarrollada por la Asociación para la Promoción e Investigación Científica y Cultural de la Lactancia Materna (APILAM), permite conocer la compatibilidad de la lactancia con medicamentos, plantas, enfermedades, pruebas médicas y otros productos. Allí se puede averiguar los distintos rangos de compatibilidad que tiene un medicamento con la lactancia.  

Los medicamentos se clasifican como: seguros, bastante seguros, poco seguros o muy inseguros. Cuando la respuesta es esta última, se ofrecen alternativas de medicamentos similares más seguros para la lactancia.

La clave es la organización

En el caso que la mamá deba tomar un medicamento donde el pediatra o su médico recomiende suspender la lactancia (sea de forma temporal o definitiva), dependerá del tiempo que deba tomarlo.

Si ya se sabe que esto va a pasar, lo mejor es empezar cuanto antes con extracciones para almacenar leche y armar un banco propio en casa.

Pero si esto ocurre de imprevisto, también conviene extraer leche con la misma frecuencia con la que el bebé toma del pecho y desecharla. Esto ayuda a mantener la producción si la toma del medicamento es temporal, para luego poder retomar la lactancia sin problemas.

Otro factor importante es la edad del bebé, ya que en los primeros días después del nacimiento, el paso de componentes de la sangre al calostro es mayor. Con el tiempo, este paso se reduce. Por eso, no es lo mismo un bebé prematuro que uno de 6 meses o más, que ya toma con menos frecuencia. 

Asimismo, puede ocurrir que muchos de los medicamentos que se indican a la madre se usan habitualmente en pediatría y neonatología. Por eso, la cantidad que llega al bebé a través de la leche materna suele ser tan baja que no representa un riesgo significativo.

La mejor recomendación es que, cuando sea necesario tomar un medicamento, consulten siempre con el pediatra o con un profesional de salud que esté actualizado en lactancia.

Autor; Ana Laura Santagada 

Licenciada en obstetricia, especializada en lactancia y crianza.

 

 

Compartí este artículo

x