Las mascotas no solo aportan afecto y compañía, sino que pueden modificar la microbiota de tu bebé y disminuir potencialmente el riesgo de asma, enfermedades alérgicas y sobrepeso.
Quien tiene una mascota en casa sabe que habitualmente dejan pelos por todos lados, que traen microorganismos de la calle luego de dar un paseo y que es común la transmisión de microbios a través del intercambio con besos, juegos y caricias con cada uno de los integrantes de la familia, desde los bebés o las bebés hasta los abuelos.
Durante los primeros años de vida, la composición microbiana intestinal del recién nacido o la recién nacida cambia rápidamente en función de la composición de la microbiota materna, el modo de parto, la alimentación del o la lactante, el uso de antibióticos y diversos factores ambientales, entre ellos la presencia y contacto frecuente con mascotas.
Según diversas investigaciones tener mascotas en casa puede ser muy beneficioso para la salud del bebé o la bebé, protegiéndolo/a de un mayor riesgo de asma y alergias infantiles. Esto se logra a través de cambios que se producen en la microbiota intestinal del bebé o la bebé al tomar contacto frecuente con los animales domésticos. Ellos actúan como reservorio de microorganismos y promueven una mayor maduración de la microbiota intestinal del bebé o la bebé en las primeras etapas de la vida.