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¿Qué le sucede a tu bebé en ese momento?
Durante la salida de los dientes, es común que los y las bebés estén un poco más irritables de lo habitual, que tengan menos apetito o que sus siestas y sueño nocturno se vean interrumpidos.
El aumento del babeo suele estar relacionado con que se llevan todo a la boca como forma de aliviar la molestia, ya que la erupción dental puede generar dolor
Por esta razón, cuando están en plena salida de dientes, los y las pediatras sugerimos el uso de mordillos fríos (no congelados), helados de frutas naturales o leche materna, cosas frías y blandas e incluso en algunas situaciones sugerimos el uso de algún analgésico en forma de jarabe (siempre con indicación médica). Los geles locales que se venden en farmacias no se recomiendan de manera rutinaria, porque pueden tener efectos adversos. La idea es mantener el cuidado lo más natural, seguro y adecuado posible.
Otro elemento bastante divulgado es el collar de ámbar. En este caso no existe evidencia científica que avale su uso para un mejor manejo del dolor.
Derribando mitos
Un síntoma que omití fue la fiebre… principalmente porque es el segundo mito de esta nota: ¡La salida de los dientes no da fiebre! Sí puede generar irritabilidad y, por la inflamación que provoca, podría aumentar la temperatura habitual del niño o de la niña, pero no para alcanzar registros de fiebre (recuerden que se considera fiebre presentar un registro con termómetro digital o de galio de 38 °C o más).
¿Con qué y cómo limpiar los primeros dientes?
Es esencial el uso de un cepillo de dientes de cerdas blandas (como el que usamos los adultos) para niños o niñas de 0 a 2 años. Los cepillos con cerdas de silicona no generan buena fricción al limpiar y, recuerden, ¡la clave en todo lavado de dientes es el cepillado!
En cuanto a la pasta dental, suele recomendarse que el uso sea supervisado por el pediatra, adaptándolo a cada niño o niña. Las pastas infantiles contienen menos flúor que las de adultos y se aplican en pequeñas cantidades, aproximadamente del tamaño de medio grano de arroz.
Alimentación Complementaria
Para finalizar, voy a derribar un último gran mito: “los bebés y las bebés no necesitan dientes para arrancar la alimentación complementaria, sea en forma de papillas o trozos”. Es común que las primeras comidas sean papillas, pero con las encías, los bebés pueden masticar y manipular los alimentos correctamente, siempre que la textura y la forma sean adecuadas para evitar cualquier riesgo de atragantamiento.
Pueden animarse a ofrecer distintos alimentos, sin que la presencia o ausencia de dientes sea un límite. Recuerden que cada niño y niña es único y atraviesa este proceso a su propio ritmo. Si surgen dudas, siempre es bueno consultar con su pediatra. Y no olviden, ¡todo esto forma parte del camino hacia la primera sonrisa con dientes!