Hablarle a tu panza es una de las mejores formas de conectar con tu bebé. Descubrí, de la mano del experto en aprendizaje fetal, el Dr. Eino Partanen, cómo tu voz tranquiliza a tu bebé y ayuda en su desarrollo cognitivo y emocional hasta la infancia.
Este artículo es parte de una serie en la que exploramos los beneficios de hablarle a tu panza.
Durante nueve meses, tu bebé se desarrolla en tu útero, cambiando y creciendo día a día. Aproximadamente a las 25-26 semanas de embarazo, comienza a reaccionar a los sonidos, aunque muchos de estos sonidos pueden no ser conscientes para vos, como tu corazón latiendo, el aire moviéndose dentro y fuera de tus pulmones e incluso tu estómago gruñendo1. A medida que tu bebé crece, los sonidos en el útero y los del exterior comienzan a formar un hogar auditivo, y gradualmente cada bebé empieza a responder y reaccionar a estos sonidos.
A medida que tu panza crece, no hay nada más satisfactorio que sentir una patadita o un empujoncito mientras tu bebé, dentro de vos, responde al sonido de tu voz. Escuchar tu voz en el útero puede ayudar a tu bebé a sentirse unido o unida. No solo puede ayudar con el proceso de vinculación, sino que cuando le hablás a tu panza, o a otros amigos, amigas o familiares, tu bebé te escucha y da los primeros pasos para aprender tu idioma.