Cuando nuestro/a infante cumple 1 año y el o la pediatra de cabecera libera las dietas, la pregunta infaltable es: ¿qué tipo de leche le doy? ¿Puedo continuar amamantando? ¿Es necesario darle leche de vaca? ¿Las leches infantiles (etapas 3 y 4) son realmente necesarias?
En primer lugar, es fundamental recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda continuar con la lactancia materna al menos hasta los 2 años en los casos que sea posible y el binomio madre-bebé lo desee (1).
No obstante, debido a que en muchos casos la lactancia materna no llega a ser posible o se ve interrumpida por diversos factores, a partir del año de vida la incorporación de la leche de vaca o las leches infantiles suelen ser una opción a tener en cuenta. Eso sí, hay que analizar algunos aspectos para determinar cuál es la mejor opción para cada caso en particular.
En primer lugar, una aclaración importante es que llamamos leches infantiles a aquellas leches que se comienzan a usar a partir del año y que están diseñadas para funcionar como una transición entre la leche materna y la leche de vaca entera.