Si bien el reflujo es normal y debería pasar con el tiempo, es importante hablar con tu pediatra de cabecera si te preocupan los síntomas de tu bebé. Si vomita regularmente, devuelve grandes cantidades de leche o tiene molestias durante la alimentación, charlalo siempre con un/a profesional de la salud para descartar otras causas.
Si tu bebé tiene un diagnóstico de reflujo, un/a especialista podrá aconsejarte sobre formas prácticas para aliviar los síntomas y, si es necesario, explicarte las soluciones nutricionales disponibles.
Lo principal para tener en cuenta sobre el reflujo es que, aunque puede ser angustiante para padres y madres, es muy común y completamente normal. Mientras tu bebé no muestre signos de molestias o pérdida de peso, generalmente no hay motivo de preocupación14.